O presidente Luiz Inácio Lula da Silva foi escolhido personagem do ano pelo jornal espanhol El País e qualificado pelo líder do governo da Espanha, José Luis Rodríguez Zapatero, como "um homem cabal e tenaz", em um artigo publicado na quinta-feira no site da publicação.
O perfil de Lula fará parte de um suplemento especial elegendo "Os 100 do Ano" entre homens e mulheres ibero-americanos que marcaram 2009. O artigo será publicado pelo El País no domingo, mas foi antecipado por sua versão digital.
O encarregado de traçar o perfil do presidente brasileiro foi Zapatero, que lembra que o conheceu em setembro de 2004, após a incorporação da Espanha à Aliança Contra a Fome, liderada pelo presidente brasileiro, em uma cúpula organizada pelas Nações Unidas em Nova York. "A ocasião não podia ter sido melhor", disse.
O presidente espanhol considera que o Brasil "é um dos países emergentes que conta com uma democracia consolidada e está chamado a desempenhar nas décadas seguintes uma crescente liderança política e econômica no mundo, como já vem fazendo na América Latina com notável acerto".
O artigo de Zapatero afirma que "Lula tem o imenso mérito de ter unido a sociedade brasileira em torno de uma reforma tanto ambiciosa quanto tranquila. Está sabendo, sobretudo, enfrentar, com determinação e eficácia, os desafios da desigualdade, da pobreza e da violência, que tanto lastreou a história recente do País".
Ele diz que, "como consequência disso, sua liderança goza hoje no Brasil do respaldo e do apreço majoritários, mas mais importante ainda é a irreversível aceitação social de que todos os brasileiros têm direito à dignidade e à autoestima, por meio do trabalho, da educação e da saúde".
No plano internacional, o presidente espanhol afirma que nos sete anos da presidência de Lula, o Brasil "ganhou a confiança dos mercados financeiros internacionais, que avaliam a solvência de sua gestão, a capacidade crescente de atrair investimentos diretos, como as efetuadas por várias companhias espanholas, e o rigor com que administrou as contas públicas".
Zapatero define Lula como um "homem honesto, íntegro, voluntarioso e admirável". Após dizer que o Brasil ocupará em breve um lugar no Conselho de Segurança da ONU, que está a ponto de se transformar em uma potência energética e que em 2014 receberá a Copa do Mundo, Zapatero faz referência à reunião de outubro, em Copenhague, quando o Rio de Janeiro foi eleita cidade sede dos Jogos Olímpicos de 2016.
"Lula chorava de felicidade, como uma criança grande, porque o Rio de Janeiro acabava de ser escolhida cidade organizadora dos Jogos Olímpicos de 2016. A euforia que o inundava não o impediu de ter o valor necessário para vir me consolar porque Madri não tinha sido escolhida", afirma. "Não me estranha que este homem impressione o mundo."
Portal Terra
http://www.pt.org.br/portalpt/noticias/internacional-1/lula-e-escolhido-personagem-do-ano-pelo-/
EL PAÍS SEMANAL ofrece este domingo su número especial 'LOS CIEN DEL AÑO'. Hombres y mujeres iberoamericanos que han marcado 2009. Retratados por Mariano Rajoy, Javier Solana, Lydia Cacho, Bigas Luna, Tom Ford, Vicente del Bosque y 91 firmas más. Como adelanto, el perfil del presidente de Brasil, Lula Da Silva, personaje del año 2009, trazado por el presidente del Gobierno, José Luis Rodriguez Zapatero
Este es un hombre cabal y tenaz, por el que siento una profunda admiración. Lo conocí en septiembre de 2004, tras la incorporación de España a la Alianza contra el Hambre que él lideraba, en una cumbre organizada por Naciones Unidas en Nueva York. No podía haber sido mejor la ocasión.
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Luiz Inácio Lula da Silva es el séptimo de los ocho hijos de una pareja de labradores analfabetos, que vivieron el hambre y la miseria en la zona más pobre del Estado brasileño nororiental de Pernambuco.
Tuvo que simultanear sus estudios con el desempeño de los más variopintos trabajos y se vio obligado a dejar la escuela, con tan sólo 14 años, para trabajar en la planta de una empresa siderometalúrgica dedicada a la producción de tornillos. En 1968, en plena dictadura militar, dio un paso que marcó su vida: afiliarse al Sindicato de Metalúrgicos de São Bernardo do Campo y Diadema.
De la mano de este hombre, siguiendo el sendero abierto por su predecesor en la Presidencia, Fernando Henrique Cardoso, Brasil, en apenas 16 años, ha dejado de ser el país de un futuro que nunca llegaba para convertirse en una formidable realidad, con un brillante porvenir y una proyección global y regional cada vez más relevante. Por fin, el mundo se ha dado cuenta de que Brasil es muchísimo más que carnaval, fútbol y playas. Es uno de los países emergentes que cuenta con una democracia consolidada, y está llamado a desempeñar en las décadas siguientes un creciente liderazgo político y económico en el mundo, tal y como ya viene haciendo en América Latina con notable acierto.
Lula tiene el inmenso mérito de haber unido a la sociedad brasileña en torno a una reforma tan ambiciosa como tranquila. Está sabiendo, sobre todo, afrontar, con determinación y eficacia, los retos de la desigualdad, la pobreza y la violencia, que tanto han lastrado la historia reciente del país. Como consecuencia de ello, su liderazgo goza hoy en Brasil del respaldo y del aprecio mayoritarios, pero mucho más importante aún es la irreversible aceptación social de que todos los brasileños tienen derecho a la dignidad y la autoestima, por medio del trabajo, la educación y la salud.
Superando adversidades de todo orden, Lula ha recorrido con éxito ese largo y difícil camino que va desde el interés particular, en defensa de los derechos sindicales de los trabajadores, al interés general del país más poblado y extenso del continente suramericano. Sin dejar de ser Lula, en esa larga marcha ha conseguido, además, ilusionar a muchos millones de sus conciudadanos, en especial aquellos más humillados y ofendidos por el azote secular de la miseria, proporcionándoles los medios materiales para empezar a escapar de las secuelas de ese círculo vicioso.
Al mismo tiempo, en los siete años de su presidencia, Brasil se ha ganado la confianza de los mercados financieros internacionales, que valoran la solvencia de su gestión, la capacidad creciente de atraer inversiones directas, como las efectuadas por varias compañías españolas, y el rigor con que ha gestionado las cuentas públicas. El resultado es una economía que crece a un ritmo del 5% anual, que ha resistido los embates de la recesión mundial y está saliendo más fortalecida de la crisis.
Tras convertirse en el presidente que accedía al cargo con un mayor respaldo electoral, en su cuarto intento por lograrlo, Lula manifestó que es inaceptable un orden económico en el que pocos pueden comer cinco veces al día y muchos quedan sin saber si lograrán comer al menos una. Y apostilló: "Si al final de mi mandato los brasileños pueden desayunar, almorzar y cenar cada día, entonces habré realizado la misión de mi vida".
En ese empeño sigue este hombre honesto, íntegro, voluntarioso y admirable, convertido en una referencia inexcusable para la izquierda del continente americano al sur de Río Grande. Tiene una visión del socialismo democrático que pone el acento en la inclusión social y en la justicia medioambiental para hacer posible una sociedad más justa, decente, fraterna y solidaria.
Brasil ocupará pronto un lugar en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, está a punto de convertirse en toda una potencia energética y en 2014 albergará el Campeonato Mundial de Fútbol. Cuando nos vimos en octubre en Copenhague, Lula lloraba de felicidad, como un niño grande, porque Río de Janeiro acababa de ser elegida ciudad organizadora de los Juegos Olímpicos de 2016. La euforia que le inundaba no le impidió tener el temple necesario para venir a consolarme porque Madrid no había sido elegida y fundirnos en un abrazo.
A mí no me extraña nada que este hombre asombre al mundo.
José Luis Rodríguez Zapatero es presidente del Gobierno español.